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No cabe duda de que tu hijo o hija dejó atrás la edad infantil. Tiene su propio carácter y quiere decidir la decoración de su dormitorio. Dale rienda suelta a su imaginación y deja que customice los muebles como desee. Al fin y al cabo, es su parcela privada. Un poco de pintura y unos pinceles bastan, por ejemplo, para convertir un mueble antiguo en el más "bacán" de su pieza.