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Lo primero y más importante, antes incluso de poner solución al olor, es buscar el origen de ese olor. El olor a humedad no va a desaparecer por muchos ambientadores que uses. Puede venir por filtraciones, grietas en la fachada o fugas en grifos y tuberías. Puede venir de goteras en el techo, si vives en el último piso, y todo ello debe ser solucionado.
Ten en cuenta que estas acumulaciones de agua son lugares idóneos para que el moho y los hongos se desarrollen. Por lo tanto, antes de ponernos a acabar con el olor residual, será necesario revisar los problemas a los que nos enfrentamos; ya que, si no lo hacemos, además de que el olor volverá, podríamos encontrarnos con problemas mayores en el futuro.