Si, una bien grande y exenta es el sueño de muchos, pero en ese hueco que tienes lo más práctico sería una buena ducha, en lugar de ese vaso diminuto. Cuando los niños crecen un pelín y llegamos juntos a la edad adulta, no hay nada más cómodo que dar un paso y estar dentro de la ducha. Cambia la vieja bañera por una ducha con rociador y una grifería más actual. Si la eliges termoestática aún mejor porque podrás tener el agua siempre en el punto exacto que necesitas de fría o caliente. Tienes la opción también de ahorrarte el plato y hacerla de obra, aunque en ese caso subirá un poco más el precio. Lo que no te puede fallar es la mampara. Despídete de las cortinillas (salpicaduras y moho), y pásate a las nuevas mamparas. Elige un modelo de vidrio de seguridad transparente (con o sin perfiles), y no tendrás que preocuparte más del agua por el piso. Apuesta por las que llevan tratamientos antical y te alegrarás aún más cada vez que la limpies.