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Estéticamente el papel mural convence. Desde este punto de vista es, sin duda, un acierto. Puedes crear efectos visuales, como conseguir que una pieza parezca más amplia, empapelando un muro estratégico. Además, también es una alternativa ideal para separar ambientes en una habitación.
Por otro lado, el papel mural ayuda a personalizar otros elementos en las piezas, decorando el interior de un clóset o las repisas de un estante. Este material es una herramienta económica y relativamente rápida de dar un giro radical a tu departamento.