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Los pisos laminados son firmes candidatos para la operación ‘librarse de las baldosas horribles de la cocina’. Los más conocidos son los que imitan al parquet de madera natural, pero también encontrarás modelos que se asemejan al cemento u otros materiales. Sus principales ventajas:
- Son económicos.
- Se instalan fácilmente.
- Hay un amplio abanico de colores y acabados.
- Existen distintos niveles de resistencia a elegir, según el uso que des. Por ejemplo, una cocina es un espacio muy transitado y propenso a las manchas, por lo que requiere mayor nivel de resistencia que una pieza. Obvio, el costo también variará en función de este factor.