Si analizamos lo anterior, podemos advertir que el pilar fundamental de este método o filosofía de vida es desechar y conservar sólo lo imprescindible. Únicamente aquello que nos haga felices. Para ello, analiza cada uno de los objetos que tienes en casa y decide en base a las sensaciones que te producen, estudiando todo minuciosamente para advertir si es funcional, útil, armonioso o si simplemente nos hace felices.
Para hacer esta tarea más fácil, sigue un orden lógico. Comienza por la ropa, después por los libros y revistas. Sigue con la documentación, como apuntes de cursos, cartas, manuales etc. Luego, llegará el momento de los komono, objetos diversos como medicamentos, herramientas, utensilios de cocina y demás. Por último, cuando ya cuentes con un poco de experiencia y estés más mentalizado, atrévete con los objetos de valor sentimental.