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No siempre. No obstante, algunas veces, estas fisuras pueden ser señal de alarma. Es interesante conocer que podemos referirnos a dos tipos de fisura. Por un lado, están las más simples y superficiales, que no serían tan peligrosas y tienen fácil solución. Por el otro, encontramos las fisuras y grietas profundas, las más preocupantes, pues pueden poner en riesgo la estabilidad de la vivienda. Ante la duda, siempre es mejor contratar a un experto que identifique las causas y su nivel de gravedad. Un especialista que sea capaz de encontrar el origen del problema y solucionarlo de raíz.